viernes, 24 de mayo de 2013

Peter Hammill - In Camera (1974)


In Camera es un disco importantísimo en la carrera de Peter Hammill. Aunque el ex-líder de Van Der Graaf Generator ya había grabado algunos discos en solitario tras la disolución del grupo, éste fue el primer álbum que grababa verdaderamente en solitario. Los otros discos eran, según él mismo reconoce, obras en que todavía buscaba su sonido en solitario, una especie de puente entre lo que hacía en Van Der Graaf Generator y los nuevos caminos que estaba explorando. De hecho eran obras con un sonido muy similar al de Van Der Graaf Generator, tanto por el tipo de composiciones (muchas estaban pensadas inicialmente para aparecer en un hipotético nuevo disco de la banda) como por el hecho de que los tres miembros restantes aparecían en ellos interpretando sus instrumentos. No digo esto como algo negativo, de hecho considero The Silent Corner and the Empty Stage una obra maestra y el mejor disco que he oído hasta ahora de Peter Hammill en solitario, pero sí como algo significativo.

De entrada, en In Camera, Hammill interpreta la mayoría de temas él solo (el único instrumento que tocan otras personas en el disco es la batería), lo que le da un sonido más personal. De hecho grabó buena parte del disco por su cuenta y luego pasó las canciones al estudio, lo cual era una práctica bastante inusual por entonces.


Pero no debe pensarse por ello que In Camera es básicamente un disco acústico, ya que de hecho es una obra muy oscura - casi tenebrosa diría yo - impregnada de tristeza y depresión con un fuerte protagonismo de los sintetizadores.
El tema inicial, la bonita "Ferret and Featherbird" es la única excepción, la única composición que arroja algo de luz y de optimismo, una canción intimista preciosa. Pero justo cuando acaba descubrimos que no irán por ahí los tiros al escuchar los sintetizadores de "(No More) The Sub-Mariner", una de las mejores composiciones del disco. Hammill, quien no debemos olvidar que es uno de los más grandes cantantes de la historia del rock - y eso no es discutible - suena poderoso y agresivo. Es una canción que de entrada intimida al estar dominada por esa voz y los sintetizadores.
"Tapeworn" es por otro lado lo más parecido que encontramos aquí a Van Der Graaf Generator aunque curiosamente, es la que menos me gusta del disco. Seguidamente nos topamos con otro de los breves interludios semi-acústicos, "Again", canción con la que le gusta acabar sus conciertos interpretándola a cappella (véase abajo).


Mi otro gran favorito del disco junto a "Ferret and Featherbird" es "Faint-Heart and the Sermon" (los títulos ya dan a entender mucho sobre las letras, sobre las que no me voy a detener pero que merecen ser leídas con calma). Ambos son muy similares al ser composiciones dominadas por la voz y los sintetizadores, pero para los que crean que Hammill usa esos sonidos para esconder una canción vulgar, la edición en CD del disco tiene una maravillosa sorpresa que justifica la existencia de los Bonus Tracks. Se trata de unas versiones en vivo de estos dos temas junto a otro de Van Der Graaf Generator interpretados a piano. Cuando uno escucha estas canciones en esta versión tan desnuda, queda patente que son dos composiciones maravillosas, y que de haber preferido grabarlas en un formato más convencional también serían de lo mejor de su repertorio. Recomiendo encarecidamente escuchar las dos versiones de cada una, ya que es uno de esos casos en que cada versión es complementaria y te aporta algo diferente a la otra.

Un ejemplo de las Peel Sessions en que interpreta este tema él solo a piano. Pelos de punta.

En el último tramo tenemos "The Comet, The Course and the Tail", un tema que se inicia de forma más tranquila y acaba volviéndose cada vez más furioso y que Peter interpreta muy a menudo en directo. Y por último, la sorpresa final: "Gog/Magog". Aquí ya Hammill directamente suena descontrolado y más agresivo que nunca cantando (¿o vociferando?) acompañado de un órgano y la batería. Se trata del tema más oscuro en un disco no especialmente ligero. Y para rematarlo, la parte de "Magog" son 10 minutos de música concreta. Para entendernos, nada de melodía, simplemente atmósferas y ruidos varios para deleite del espectador. Un cierre espectacular que demuestra que Peter en aquella época se atrevía con todo y podía ser muy transgresor casi sin proponérselo (porque lo interesante es que este tipo de composiciones suenan naturales en él, no como experimentos).

Un disco sumamente especial, algo espeso pero que vale mucho la pena. Sirva esta reseña para reivindicar a un grandísimo y olvidado compositor con una carrera demasiado interesante como para no ser recordada más a menudo.

PD: por cierto, la portada me encanta.

1 comentario:

  1. Uno de los tres o cuatro mejores trabajos de Peter Hammill en mi opinión. Peter logra innovar en varios niveles, por ejemplo mediante los soundscapes de parte del álbum. Sus atmósferas góticas son prominentes y se obtienen debido a ello pasajes instrumentales verdaderamente asombrosos, la pieza Gog-Magog es de lo mejor que hizo el maestro en su extensa carrera y una de las mejores obras de la música moderna en general. El disco en su totalidad es brillante.
    A decir verdad, junto a The Silent Corner, es de lo mejor que hizo no solo en los ´70 (su época más extraordinaria) sino que puso encauzar gran parte de sus ambiciones artísticas y visiones particulares sobre la existencia humana y los aspectos que ya venía trabajando con VDGG.

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